La empresa Sorgues, implantada en el departamento de Vaucluse, en el sur de Francia, poseía ya un invernadero de cristal de 6 ha para la producción de tomates y de verduras para ratatouille.
Con el fin de responder a la demanda creciente de sus clientes, los 3 gestores tenían proyectada la instalación de un nuevo invernadero de alto rendimiento de 19,3 ha. Era un proyecto de gran envergadura que incluía el reacondicionamiento de los locales y la construcción de un pabellón técnico de 2000 m² con oficinas, una zona de acondicionamiento, una cámara frigorífica y una zona de expedición.

Su deseo era disponer de un centro de producción a imagen de la calidad de sus productos, un lugar pensado para los colaboradores que permitiera ganar en confort de trabajo y en productividad. Con el bienestar de sus colaboradores en el centro de sus preocupaciones, recurrieron a ingenieros ergónomos que trabajaron mano a mano con los equipos de Richel para la construcción del nuevo invernadero.

Para este proyecto, la empresa Sorgues buscaba ante todo un socio local que pudiera aportarle una solución llave en mano, experiencia y un verdadero acompañamiento al cliente: desde la reflexión y la asesoría técnica para la optimización del invernadero hasta la gestión y el seguimiento de la obra. Como subraya Sylvain Teillet, comercial del invernadero Venlo del Grupo Richel, «uno de los puntos fuertes de Richel en este proyecto fue la ayuda aportada en el diseño global del proyecto y el acompañamiento al cliente desde el principio hasta el final del proyecto, permitiendo así al productor dedicarse plenamente a su trabajo en lugar de al seguimiento de la obra».

De esta colaboración nació un invernadero llave en mano de alta tecnología estudiado especialmente para la producción de tomates en tierra firme. Se trata de un invernadero Venlo equipado con numerosas opciones, entre ellas un sistema de elevación de la calefacción motorizado estudiado específicamente para la producción de tomates en tierra firme. Este sistema permite limitar la penosidad del trabajo y facilitar el trabajo del suelo, un ahorro de tiempo precioso para los equipos.
Este invernadero está equipado con las nuevas cubiertas Optinova, que ofrecen una estanqueidad reforzada al aire y al agua, así como una mejor resistencia. Con este invernadero más estanco, nuestro cliente ha podido constatar ya un ahorro de energía.

La empresa Sorgues eligió a Richel por la proximidad y la relación de confianza con los equipos, que supieron ofrecer una solución llave en mano especialmente pensada para su proyecto y adaptada a este. Los tres gestores están actualmente plenamente satisfechos con su invernadero, y destacan el acompañamiento de los equipos de Richel, una de las claves del éxito de este proyecto.